Inclusive, el dictamen aprobado da facultades a los gobiernos para impedir que, por ejemplo, una tribu se establezca cerca de un cauce porque podría “alterar el correcto funcionamiento del régimen hidráulico”.
Además de “institucionalizar la discriminación”, investigadores informaron que en la ley existen diversas irregularidades de fondo y de forma como: no existe un dictamen de costos: no habla de las inversiones ni de las ganancias; no determina cuáles son los proyectos “prioritarios” que requieren agua; no indica acciones para la preservación del recurso; se trata de una iniciativa que lleva dos años de atraso pero que fue votada “rapidísimo” sin consulta pública, demás de no ser trabajada en comisiones ni con ayuda de dependencias y organismos competentes.
Alejandra Rabasa, directora del Programa Interamericano del Environmental Law Institute, lamentó que esta iniciativa se presentara con un retraso de dos años con respecto al mandato que el propio Congreso de la Unión, fijado en 2013 para legislar en la materia.
“No hay avances, lo que hace esta iniciativa es reproducir textos internacionales, principios, ejemplos, o fundamentos normativos del derecho humano al agua”, dijo.Argumentó que incluso la ley acepta que los pequeños poblados no tienen derecho al agua pero ahora, con la ley, muchos pueblos del sector rural legalmente no tendrán derecho al recurso.
En el Artículo 10 de la Ley se establece: “Servicio Público de Agua Potable: Conjunto de actividades destinadas a suministrar agua potable para el uso público urbano en los asentamientos humanos y centros de población legalmente constituidos”. Es decir, excluye por ejemplo, a los pueblos más alejados en la sierra Oaxaqueña o los habitantes de la selva de Chiapas.
Durante el foro “Agua: ¿derecho o privilegio?”, que se realizó en la Universidad Iberoamericana, la doctora Gloria Soto Montes de Oca, investigadora de estudios internacionales, expresó que existe falta de información sobre la cantidad de agua que existe en las cuencas, sobre los estudios que se realizaron para evaluar la ley, además que no se saben aún los costos no sólo económicos, sino además culturales, naturales, ecológicos, entre otros.
“No hay información para la sociedad civil. Por ejemplo, en la propuesta se habla mucho de los proyectos que se consideran prioritarios o de interés público, y eso puede generar muchas dudas, porque ni siquiera se establece qué es prioritario o qué es de interés público. Entonces, en los proyectos que son intensivos en uso de agua como el fracking (fractura hidráulica) en algún momento el Estado podría decir que es prioritario o de interés público por beneficios económicos que se van a generar”, aseguró Soto.La también académica de la Ibero agregó que la iniciativa busca la administración del recurso, pero no su sustentabilidad, pues alude poco a las obligaciones del Estado y de los actores involucrados para mantener el recurso.
“Qué vamos a hacer para preservar el recurso?”, cuestionó. “La Ley no dice cómo se va a mantener el recurso. No vamos a poder garantizar el derecho humano al agua si de entrada no hay recurso”, explicó Gloria Soto.
INTERESES DISFRAZADOS
Por su parte, Javier Riojas, experto en medio ambiente lamentó que se quiera pasar una ley fastrack y sin abrir un debate en el que pueda participar la academia. Puntualizó que el agua es un elemento importante no sólo para el ser humano, sino además para todo el planeta.
“Se sigue legislando como si el agua fuera solamente un recurso de consumo humano, lo que es un error terrible, pues es un bien ecológico y cultural que no es considerado así en esta iniciativa”, añadió.Anaid Velasco, coordinadora del área de investigación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), enfatizó que la iniciativa aprobada en comisiones no cubre los estándares mínimos, además de que, en vez de apuntalar el consumo mínimo vital de agua hasta en cien litros por persona, establecido por la Constitución, lo sitúa en solamente 50 litros por persona, limitación que no tiene sustento, dijo la especialista.
Expuso que “si esta ley se aprueba como está, se estaría disfrazando ciertos intereses que violan el derecho al agua”.
Finalmente, los expertos coincidieron que el tema de agua no es prioridad en las agendas de los funcionarios y políticos porque es una problemática que se usa para obtener votos e incluso para control de la población.
Explicaron además que los sectores más desprotegidos son los que pagan hasta 12 por ciento más agua, pues ante la carencia recurren a servicios de pipas que “especulan con el agua”.
Alejandra Rabasa expuso que fuentes de diversas cámaras le han dicho que la ley sí “va a salir y muy pronto”, aunque reconoció que no sabe con qué cambios.
“No sé a qué nivel de profundidad habrá cambios, no sé si habrá un replanteamiento […], pero la van a aprobar”, lamentó.FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SERGIO RINCÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/20-03-2015/1287116.