AUTOR/A: ELIANA GILET
http://desinformemonos.org.mx/la-construccion-del-nuevo-aeropuerto-pone-en-riesgo-el-abastecimiento-de-agua-para-la-ciudad/
“Hace 5 años que trabajamos analizando megaproyectos. En otros casos, en la audiencia pública prevista en la ley, hay chance de generar discusión, pero la intención de este proyecto era su rápida aprobación y así fue.”
“Hemos encontrado a esta empresa en otros proyectos controversiales, como en el Parque Eólica Sur, de Juchitán, Oaxaca”
A pesar de que la participación en ambos lados del mostrador de uno de Lacy Tamayo, ese conflicto de origen no es eso lo peor del informe ambiental con que fue aprobada la construcción del proyectado aeropuerto nuevo, sino que “no es objetivo ni técnicamente robusto”
Relatan desde el equipo de científicos que una vez que la SEMARNAT publicó la aprobación del proyecto elaborado, en tiempo express, sin ningún tipo de discusión al respecto, ellos se trazaron una guía de trabajo, cuyo principal punto implicaba estudiar si la aprobación de la Semarnar era legal o no.
“Se requiere un doble análisis. Por un lado, para saber si la información presentada en el estudio es confiable, si fue recogida siguiendo criterios internacionales y de ordenamiento territorial del lugar y por otro, que tan viables son las medidas de mitigación del impacto que va a causar la obra en los territorios afectados”
Es decir, por un lado, chequear que los datos presentados fueses fieles, certeros y no falsos; y por otro, si se declaran las afectaciones o se dejan cosas de lado.
Sí encontraron deficiencias, algunas muy graves, en el estudio con el que se proyectó el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. Violación de normas anteriores de ordenamiento territorial, grandes huecos de información, como cheques en blanco que se definan durante la construcción, como un gran cheque en blanco. ¿Es común esta desidia de la SEMARNAT para aprobar cualquier megaproyecto? “Nos encontramos estos problemas cuando el promotor es el mismo gobierno. Si es un particular, depende. Pero nunca la hemos visto comportarse como se comportó con este proyecto.”
Según el Plan Municipal, la zona del Vaso del Ex Lago de Texcoco corresponde a un área no urbanizable y se considera como Área Natural Protegida, porque es una de las zonas de más valor ambiental del municipio. Para eso, el plan establece un “estricto control del crecimiento urbano, así como la promoción y el impulso a las actividades agrícolas, desalentando los asentamientos humanos”
“Al revisar la resolución de la SEMARNAT, encontramos que la división encargada del estudio no había puesto ningún reparo ante esta violación, que no había ningún inconveniente con la ubicación del proyectado aeropuerto, cuando violar los planes de ordenamiento territorial es completamente ilegal, y como se ve, los planes de ordenamiento prohíben explícitamente que se siga acercentando la densidad de la población en el Vaso del Lago de Texcoco”
Según alertan los científicos, estos planes están en proceso de “actualización”, lo que muy probablemente implique, aunque no lo saben con certeza porque no han accedido a los nuevos planes presentados por las autoridades del estado de México y del municipio de Texcoco, una modificación a la prohibición para que ya no entre en conflicto con el aeropuerto.
“Es otro frente que se abre y sería conveniente tener acceso al borrador que está armándose y que se tiene que pasar por la consulta pública. Hasta entonces no podemos afirmar la intención que esta detrás de esta modificación, pero sí intuirla”
El Manifiesto de Impacto Ambiental, a la hora de describir los impactos que tendrá la nueva construcción, no incluye siquiera el tamaño que el Aerotrópolis tendrá, pero los científicos calculan que serán 3,7 millones de metros cuadrados de pura ciudad nueva, en una zona que, como dice el Plan de Ordenamiento de más arriba, ya no aguanta más gente.
“Lo que proyectan es una pequeña ciudad asociada al aeropuerto, para que el viajero no deba salir, que tenga hoteles, centros de convenciones y que el acercamiento con el país sea hasta ahí. Es la parte más grande del proyecto del nuevo aeropuerto y apenas se menciona de qué se trata.”
Según los científicos, este mecanismo es el síntoma que revela el mecanismo: lo que se intenta desde arriba es ocultar los impactos que pueda haber, simplemente no mencionarlos, como chiflando para arriba, a ver si pasan.
“El Nuevo Aeropuerto se ha promocionado como una construcción que no va a gastar casi agua, que va a ser súper sustentable, pero ¿cuánta agua requerirá esa Aerotrópolis? Hicimos una estimación de acuerdo a los pocos datos que se tiene y calculamos que serían unos 23 millones de metros cúbicos por año sólo para esa ciudad”
Es el caso, por ejemplo, de la generación de nuevos cuerpos de agua. Como “mitigación” de secar el Lago de Texcoco, el gobierno plantea que creará “nuevos cuerpos de agua” de los cuales no especifica la profundidad, ni las dimensiones ni nada. “La SEMARNAT acepta esto sin información técnica, sin rigor científico alguno que certifique que lo que se propone, se va a lograr. Creemos que pasa lo mismo con la Aerotrópolis mencionada anteriormente, si no te comprometes a nada, no hay nada que revisar a ver si se cumplió.” No hay nada sobre lo que rendir cuentas, pues.
La otra medida de compensación es la siembra de 260 mil árboles de cedro salado, una especie invasora, que es una de las principales amenazas a la flora y la fauna del país. “En todas partes estamos peleando contra la invasión de esta especia y aquí se propone como la medida mágica que va a compensar los daños causados por la construcción del aeropuerto sobre la única esperanza que tiene la ciudad de México de tener agua en un futuro” explicó el biólogo Cordova a Desinformémonos.
“Aparte, son árboles de hoja muy inflamable, que estando en tal gran extensión, es muy probable que termine incendiándose. Estos árboles son plaga porque terminan haciendo que ninguna especie pueda vivir en esas condiciones, que no tengan acceso al agua. Es una plaga que no permite que crezca nada más allá que ellos mismos.”
Explicó que este tipo de árbol sala el manto acuífero y que con las lluvias y la propia caída de las hojas, que se sedimentan en el suelo, esa sal puede llegar a infiltrarse al acuífero que tiene debajo. Eso o las raíces profundas que les crecen.
“Lo que están tratando de hacer es cambiar un lago por un bosque. Desde un punto de vista científico es la peor decisión. No deberíamos siquiera intentarlo. El Vaso del Lago de Texcoco es la esperanza de tener agua en un futuro no muy lejano, ¿y encima le vas a poner una plancha de concreto, pistas, una ciudad y áreas libres sembradas con una especie que es plaga?”
Cordova relata que desde la década del 70, la única esperanza para que la ciudad de México volviera a tener su vocación original de lago, era solucionar el problema de la recarga de los mantos acuíferos. También, como forma de paliar la crisis de acceso al agua patoble, que ya entonces era latente.
“Se había planeado recuperar el Vaso de Texcoco como el lago que facilitaría la infiltración de la zona y operaría como amortiguador de inundaciones. Las zonas de los mantos que han sido sobreexplotadas son dónde las construcciones se hunden más a prisa.”
Sin embargo, hasta el momento, las obras no han avanzado más allá de la nivelación del terreno y los recortes presupuestales que tuvo la obra en 2015, estimados en un 70 por ciento del presupuesto que se le había destinado originalmente.