Los hermanos Herrera son menores de edad. El único trabajo que han hecho en sus vidas es recolectar basura. Viven con sus padres en una casa de cartón y madera con piso de tierra, rodeada de montañas de plástico, cartón y comida descompuesta en el Bordo de Xochiaca, un basurero en las afueras de la Ciudad de México.
Cada mañana, antes de salir para la escuela y cuando aún el sol no ha despuntado, caminan desde su casa hasta su puesto de trabajo, para ayudar a sus padres a clasificar la basura en busca de botellas de plástico.