A pesar de que el predio de Colinas de Santa Fe, en el puerto de Veracruz, es la mayor fosa clandestina que se ha descubierto en lo que va de sexenio en México, las autoridades ministeriales veracruzanas carecen de recursos para realizar las pruebas de ADN que permitan identificar a las 249 personas que han sido ya exhumadas, y analizar otros 14 mil restos óseos que pudieran corresponder a más cuerpos.
Así lo denunció el grupo de madres que integran el Colectivo Solecito; organización civil que a la fecha ha procesado 125 fosas en este lugar que, según apuntan las investigaciones, era usado como un “cementerio clandestino” por varios grupos del crimen organizado.