Por primera vez en su historia, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) llega a la antesala de la elección en el Estado de México, bastión de ese instituto político y origen del Presidente Enrique Peña Nieto, arrastrando el descrédito de tener a dos ex gobernadores prófugos de la justicia.
No se trata de cualquier par de políticos priístas. Tanto el ex mandatario veracruzano Javier Duarte de Ochoa como su homólogo chihuahuense, César Duarte Jáquez, llegaron al poder en 2010 y, como afirmó Enrique Peña Nieto en 2012, eran el “nuevo rostro” con el que el PRI se lanzaría por la reconquista de la Presidencia después de dos sexenios de haberla perdido.