El 12 de enero de este año un trabajador falleció debido a una emanación de ácido sulfhídrico ocurrida mientras se realizaban trabajos de limpieza en una planta hidrodesulfuradora de destilados intermedios de la Refinería Francisco I. Madero, ubicada en Ciudad Madero, Tamaulipas.
Dos meses después, el 15 de marzo, ocho trabajadores murieron en una explosión ocurrida en la Terminal de Almacenamiento y Despacho de Salamanca, Guanajuato, mientras realizaban trabajos para destapar una línea de combustóleo pesado.