Esta semana, en Moloacán, a unos 50 minutos de Coatzacoalcos, una familia tuvo que soportar que el padre fuera sacado de su casa, en la noche, y que fuera asesinado a unos metros, mientras caía la lluvia.
La familia, con miedo, se encerró a piedra y lodo y dejaron pasar la lluvia y que llegara el día.
Al salir el sol, y que los moradores de la casa horas antes allanada por los malosos salieron, la escena era dantesca.