
Pero la Auditoría Superior de la Federación (ASF) –en la revisión de la cuenta pública de 2015– sacó a la luz los números del Auditorio: no costó 430 millones de pesos como se había acordado, sino 169 millones 929 pesos más; los días de construcción pasaron de 307 a 553 días; era evidente la “deficiente planeación del proyecto”; que éste no satisfacía a cabalidad las necesidades de capacidad o aforo de usuarios y que no cumple con la normativa vigente para espacios públicos de uso masivo.