La movilización de organizaciones de la sociedad civil para exigir castigo al sacerdote Pedro Gutiérrez (conocido como “El Papi”) y pedir la atracción del caso Ciudad de los Niños a la PGR, provocó que el gobierno de Miguel Márquez en Guanajuato investigara el caso. Pero, hasta el momento, sólo ha abierto siete carpetas de investigación de casos de niños donde se presume hechos delictivos, ninguna de ellas involucra al religioso. Sobre el caso de las dos niñas del albergue desaparecidas, Aída Benítez, directora del Centro Multidisciplinario para la Atención Integral de la Violencia, se niega a responder a la petición de información. La única información que se ha vertido al respecto es que las menores fueron resguardas originalmente en el DIF Municipal de San Luis de la Paz por ser víctimas de maltratos en su hogar. Redim ha dicho que encuentra muchas similitudes entre lo que sucede en los albergues de Pedro Gutiérrez Farías y el de Rosa Verduzco en Michoacán, elaboró un cuadro comparativo entre los dos casos: Ambas fueron apoyadas por Vicente Fox y la Fundación Vamos México y los niños fueron registrados como hijos de los directivos de ambos albergues sin que mediaran juicios de pérdida de patria potestad y con aquiescencia del Registro Civil.
Pese a los reiterados señalamientos contra el sacerdote Pedro Gutiérrez Farías, director de los albergues La Ciudad de los Niños en Salamanca, por abusos, desapariciones y omisiones, la Procuraduría de Justicia del Estado de Guanajuato aseguró que no ha encontrado indicios para investigarlo en lo personal y sólo investiga maltrato a siete niños.
Ayer, activistas de Redim y de Nima,organizaciones de defensa de los derechos de menores, solicitaron la intervención de la Procuraduría General de la República (PGR) y la detención del sacerdote, rechazando lo que llamaron “fuero clerical”.
Ayer, activistas de Redim y de Nima,organizaciones de defensa de los derechos de menores, solicitaron la intervención de la Procuraduría General de la República (PGR) y la detención del sacerdote, rechazando lo que llamaron “fuero clerical”.
