Los crímenes de las enfermeras Cindy y Érika no sólo desnudan la saña con que se realizaron, también dejan constancia de que este delito de alto impacto creció de manera alarmante de un año para otro en en el estado de Sinaloa.
De acuerdo con el Semáforo Delictivo, una herramienta de consulta ciudadana que documenta 10 delitos por estado, municipio y País, entre ellos el feminicidio, en Sinaloa de enero a julio de este año se registraron 50 casos, mientras que en el mismo periodo de 2016 hubo 10, lo que significa un incremento del 400 por ciento.