México cuenta con uno de los aparatos de vigilancia electoral más costoso del mundo, pero también con uno de los más desprestigiados. Este es el Instituto Nacional Electoral (INE) que tendrá a cargo de organizar, vigilar y hacer cumplir la Ley en la elección presidencial de 2018, cuyo talón de Aquiles, de acuerdo con los analistas electorales, es precisamente una de sus funciones más importantes: la fiscalización.
El INE captó un presupuesto de 15 mil 071 millones 176 mil 879 pesos en 2017, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación de este año, de los cuales 4 mil 138 millones 727 mil 092 pesos son destinados al financiamiento de partidos políticos y el resto –10 mil 932 millones 449 mil 787 pesos– son utilizados por el organismo para gastos de operación.