
Ahí, entre la multitud que rodeaba al encargado de la seguridad interior, la madre de Nayeli Elizabeth se arrodilló con el retrato de su hija en manos. Llantos y suplicas se tradujeron en la movilización de las policías ministeriales de Hidalgo y la Procuraduría General de la República (PGR), que tardaron un día en liberar a la joven de 29 años.