La investigación “El Yugo Zeta” realizada por los académicos Sergio Aguayo y Jacobo Dayán, revela cómo el “Z42” utilizaba el penal como guarida para esconderse, para almacenar secuestrados, para incinerar, para hacer fiestas y hasta para reclutar gente, como aquella famosa aparente fuga de 129 reos. Esta es la verdad sobre el autogobierno Zeta del que sabían autoridades estatales y federales, mil 459 llamadas de auxilio al 089 que se registraron el día de la Masacre de Allende, lo confirman.
El Penal de Piedras Negras fue para los Zetas, además de un refugio, una fuente de ingresos y el centro de operaciones donde adecuaban vehículos para transportar droga a los Estados Unidos e incineraban los cadáveres de sus víctimas, según revela la investigación “El Yugo Zeta”, realizada por investigadores del Colegio de México y la Universidad Iberoamericana.
Los resultados del estudio, llevado a cabo por Sergio Aguayo y Jacobo Dayán, se basan en el expediente APP 005/2014-BIS, que consta de mil 535 folios y que fue facilitado por la Fiscalía General del Estado de Coahuila en la primera etapa de su investigación del Penal. Contiene declaraciones de 11 miembros de Los Zetas, 49 internos, 21 custodios y 18 empleados del centro penitenciario.