Entre agosto y septiembre pasados, Estados Unidos y Canadá centraron sus críticas hacia México por su nivel salarial; incluso sindicatos de esos países exigieron que el monto aumentara al poner la competencia en una chancha dispareja.
Ese reclamo se sumó al que durante casi todo 2017 tuvieron organizaciones civiles, políticos y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) que no dejaron de insistir en que el salario mínimo tenía que ubicarse en 95 pesos, que es el precio de la canasta básica alimentaria por persona.