Martha coloca la prenda en la máquina, toda su fuerza la manda a la mano derecha. Se encorva luego para ver y ajustar la aguja, jala la tela hasta sacar la prenda, con el pie sobre el pedal regula la velocidad de la costura, saca la prenda de la máquina y la deposita en el montón.
Y así, hasta completar 35 bultos para el final de su jornada diaria en la maquila de pantalones de mezclilla donde trabaja. En cada bulto hay 50 piezas, a las que Martha les ha pegado la ojalera. Para cuando es la hora de salir, su cuerpo ha repetido 1750 veces la misma serie de movimientos.