Una tarde de mayo del 2013, la policía estatal de Veracruz desplegó a un grupo de 14 elementos fuertemente armados del grupo especial Fuerza de Reacción. ¿Su misión? Detener a una estudiante de bachillerato de 17 años de edad, quien se encontraba afuera de su escuela, sin cometer delito alguno. Nunca más se volvió a saber de ella.
Dos semanas después, el mismo grupo armado detuvo a otros dos menores de edad, ella de 17 años de edad y él de 16. Los policías los llevaron a un camino de terracería donde se turnaron —según las investigaciones del caso— para abusar sexualmente de la joven dentro de una patrulla. Después los menores fueron entregados a otro grupo policial llamado Fuerza Especial. Desde ese día su paradero es desconocido.