Tonatiuh sabía que aquel muchacho que llevaba siempre un arma y droga en las manos era muy bueno para dibujar. Tenía mal desempeño en la escuela por un supuesto déficit de atención y se había creído eso de que era tonto.
Estaba empezando a robar para comprarse droga, pero podía hacer un retrato de cualquiera en 10 minutos; así que a Tona, como lo conocen todos en el barrio, se le ocurrió regalarle unos colores.