Una noche antes del arranque de campaña, José Antonio Meade había ensayado su entrada al Centro de Convenciones siglo XXI, en Mérida, Yucatán, donde se realizaría el evento. Avanzaría por el centro del lugar entre vallas de metal para saludar a quienes se acercaran mientras dos cámaras grúa seguirían su camino. Pero no ocurrió.
Minutos antes iniciar el acto este 1 de abril, su coordinador de campaña, Aurelio Nuño, ordenó cambiar la logística. El candidato no se metió entre la gente y entró por un costado del escenario; su llegada duró menos de cinco minutos: subió al templete, recibió aplausos, bajó y se sentó en primera fila. Por eso es que las tomas de las cámaras que se proyectaban en seis pantallas gigantes parecían torpes al intentar seguirlo.