En México, los políticos que han sido ligados con líderes huachicoleros o que incluso han enfrentado cárcel acusados de dirigir una banda de robo de combustible a Petróleos Mexicanos, están libres y continúan desempeñando sus carreras e incluso escriben libros sobre su permanencia en prisión. Los escándalos son conocidos y han estado a la vista, pues algunos miembros de la clase política han recibido las llaves de un Cadillac de lujo de manos de estos criminales –como fue el caso de Javier Lozano Alarcón y “El Cachetes”– y otros han tenido entre sus filas como operadores políticos a presuntos responsables de ordeñar a la Empresa Productiva del Estado, como es el caso de Los Valencia y el morenovallismo en Puebla.
Los escándalos de líderes de grupos políticos relacionados con criminales que se dedican al robo de combustible, incluso de alcaldes y miembros de los comités estatales de las fuerzas políticas han sido públicos en México desde que el huachicoleo empezó a crecer a la par de sus carreras.