“¡Son unos rateros, corruptos, ladrones, esa punta de bandidos los de la UNAM!”, afirma el doctor Sergio Quiñones dando un manotazo en la mesa que hace saltar la grabadora.
Dirige sus cañonazos verbales hacia el Instituto de Investigaciones en Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México: “¡Falsificaron mi firma, desviaron recursos, se clavaron los impuestos cobrados a los miembros del proyecto pero no los pagaron a Hacienda. Decomisaron mi laboratorio, me acusaron de conflicto de interés y de daño patrimonial para hacerme a un lado y robarse mi teoría de la fricción!”.