Durante más de 30 años, el gobierno de México ha trasladado la responsabilidad y los costos de la distribución de medicinas a empresas especializadas, que aprovecharon la oportunidad para invertir en infraestructura y logística que les permitió tener un negocio sólido.
Pero, ahora el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió hacerse cargo de la distribución de los medicamentos, argumentando que esta decisión es para evitar posibles actos de corrupción, como inflar los precios de las medicinas y prácticas monopólicas, y también para recortar los elevados costos que se generaban en la adquisición y distribución de los fármacos.