El destino de cerca de 20 mil millones de pesos que formaban parte del presupuesto que Petróleos Mexicanos (Pemex) y sus filiales recibieron de 2013 a 2016, durante la gestión de Emilio Lozoya Austin como director general de dicha empresa del Estado, sigue sin esclarecerse hasta la fecha.
Se trata de recursos que no se ejercieron ni fueron devueltos, o que supuestamente se utilizaron en programas, acciones o servicios irregulares de los que no hay pruebas que acrediten que realmente se llevaron a cabo y por lo tanto tendrían que haber sido reintegrados.