Nuevo León, Jalisco y Oaxaca anunciaron esta semana la aplicación de miles de pruebas rápidas para detectar COVID-19, aunque al hacerlo no detallaron su origen y su nivel de eficacia, y luego en el caso de los últimos dos estados la compra de los test se cayó.
En Oaxaca, el gobierno estatal confirmó a Animal Político que aunque el 25 de marzo pasado habían anunciado la compra de 10 mil pruebas rápidas, a fin de cuentas no se concretó la adquisición, porque hay escasez de este tipo de insumos a nivel mundial y porque no encontraron un proveedor que brinde un producto avalado por Cofepris. Continuarían buscando opciones para comprarlas.