El gobierno del presidente Joe Biden ha intentado durante varias semanas evitar que el público vea imágenes como las que se dieron a conocer el lunes, en las que se observa a niños migrantes bajo custodia federal que duermen en colchonetas, cubiertos con mantas isotérmicas y separados en grupos por láminas de plástico.
Los funcionarios del gobierno se han rehusado tajantemente a aceptar como una crisis la detención de más de 15 mil menores migrantes o la situación en la que viven. Sin embargo, han obstaculizado la mayoría de las gestiones de observadores independientes.