AUTOR: RODRIJO ROJO.
(30 de septiembre, 2013).- El procurador no llegó sólo. A las afueras de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) lo esperaban 200 personas de la agrupación Fuerza del Comercio, según ellos “amigos del procurador desde hace años”, para demostrarle apoyo con vítores y una manta en la que reconocían “su compromiso con la sociedad para combatir los delitos con estricto respeto a los Derechos Humanos”.
Dentro del recinto, el titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), Rodolfo Fernando Ríos Garza, fue arropado por los diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) pero también se dejaron escuchar los aplausos de todos los invitados que llenaban los palcos superiores de la Asamblea. Quizás todo este apoyo que llegó –o trajo– el procurador, se debió a que sabía que su comparecencia no sería sencilla.
Los posicionamientos de los partidos oscilaron entre las felicitaciones y las recriminaciones fuertes, sobre todo alrededor del caso Heaven y de la corrupción de los delegados de Tlalpan y Coyoacán. Los discursos de la oposición buscaban que el procurador expusiera en su informe los avances en estos casos emblemáticos de impartición de justicia.