FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: ELIZABETH VELASCO C.
Deja fuera a 60% de los municipios que se encuentran en situación de carencia alimentaria, principalmente los del sur y sureste del país.
La Cruzada Nacional contra el Hambre incurre en contradicciones y limitaciones al atender a menos de 50 por ciento de los mexicanos en condiciones de pobreza extrema y carencia alimentaria, y dejar fuera a 60 por ciento de los municipios que se encuentran en similar circunstancia, principalmente los del sur y sureste del país, afirmó Federico Ovalle, secretario general de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac).
Aunado a ello, dijo, en los programas gubernamentales de combate a la pobreza y apoyo a los productores en el país se insiste en atacar las consecuencias y no las causas de la miseria, pues persisten modelos de apoyo al campo que privilegian a los grandes productores y comercializadores, incluyendo a agroindustrias extranjeras.
En rueda de prensa, en la cual anunció la participación de la CIOAC en la Cruzada contra el Hambre, Ovalle exigió ser incluido en el Consejo Nacional correspondiente, a fin de poder proponer y evaluar la eficacia de los programas que se pondrán en marcha bajo ese esquema.
Justo después de haber anunciado las ganancias multimillonarias de 2.4 millones de dólares que había producido la empresa durante el 2012, un grupo de agricultores acudieron a Washington para impugnar sus derechos al ser despedidos por el gigante de la biotecnología Monsanto, decidiendo renunciar a cultivar maíz y soja, debido a la inevitable contaminación de los campos gracias a las semillas transgénicas.
Si bien las ganancias de la transnacional van a la alza y su presencia en mercados internacionales como el latinoamericano es muy fuerte, los agricultores afirman que las semillas de Monsanto son las culpables de contaminar sus campos; la cínica explotación de sus patentes de maíz, soja y algodón transgénicos de soja y algodón, ha llevado a
Justo después de haber anunciado las ganancias multimillonarias de 2.4 millones de dólares que había producido la empresa durante el 2012, un grupo de agricultores acudieron a Washington para impugnar sus derechos al ser despedidos por el gigante de la biotecnología Monsanto, decidiendo renunciar a cultivar maíz y soja, debido a la inevitable contaminación de los campos gracias a las semillas transgénicas.
Si bien las ganancias de la transnacional van a la alza y su presencia en mercados internacionales como el latinoamericano es muy fuerte, los agricultores afirman que las semillas de Monsanto son las culpables de contaminar sus campos; la cínica explotación de sus patentes de maíz, soja y algodón transgénicos de soja y algodón, ha llevado a