AUTOR: PATRICIA MAYORGA.
CHIHUAHUA, Chih., (apro).- A más de seis meses del asesinato del jefe del cártel de Sinaloa en el municipio de Uruachi, Antonio Erives Arduño (39 años), un grupo de hombres armados ingresó al pueblo de Jicamórachi y quemó cinco propiedades de su familia el martes pasado.
Los habitantes de Jicamórachi huyeron hacia el monte luego del ataque. Allá durmieron el martes y apenas ayer en la tarde comenzaron a regresar a sus viviendas.
Hace dos años, en marzo, ingresó un grupo de hombres al mismo poblado, quemaron seis casas —la mayoría de la familia Erives, y la del médico del pueblo— y automóviles.