AUTOR: RODRIGO VILLEGAS.
En lo que va del año, ciudadanos españoles han sufrido al menos tres secuestros virtuales en territorio mexicano. El caso más reciente fue el del grupo español indie Delorean, cuyos cuatro integrantes estuvieron secuestrados virtualmente por alrededor de 48 horas en un hotel de la Ciudad de México, al que fueron obligados a trasladarse mediante amenazas telefónicas. Hoy en Latinoamérica, y especialmente en México, las modalidades del secuestro han evolucionado y tomado diferentes formas creativas de impartir miedo a cambio de un bien político o económico. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) tan solo en 2012 se cometieron 105 mil 682 secuestros, aunque la estadística no especifica en qué modalidad.
Para el año 2000, el pandemonio comenzó a disminuir, y el secuestro pasó a ocupar un papel secundario, al menos en la percepción ciudadana. Especialistas en materia de seguridad pública así como estudiosos del denominado “combate frontal a las drogas” han señalado que la proliferación de grupos dedicados al narcomenudeo, así como la guerra entre carteles inhibió de cierta forma la constante del secuestro. Especialmente en la Ciudad de México.