AUTOR: ERNESTO VILLANUEVA.
MÉXICO, D.F. Michoacán, del que soy orgullosamente originario, enfrenta serios problemas de gobernabilidad en buena parte de sus municipios. El secuestro del estado de derecho se ha ampliado a grandes porciones de la entidad. En ese contexto, el gobernador con licencia, Fausto Vallejo Figueroa, anuncia su posible retorno a la gubernatura. Esa aparente decisión tendría eventuales resultados de pronóstico reservado. Veamos.
Primero. Fausto Vallejo se presentó a las elecciones en Michoacán cuando padecía una enfermedad grave de la que no informó a los electores, quienes recibieron gato por liebre. Ya en Proceso abordé el tema del padecimiento que le ha impedido gobernar. (http://hemeroteca.proceso.com.mx/?page_id=278958&a51dc26366d99bb5fa29cea4747565fec=317376&rl=wh )
Licencia tras licencia, por obvios problemas de salud, Vallejo permitió, por acción u omisión, que el estado de derecho se erosionara. La más reciente licencia que le fue concedida por el Congreso local se consideró como una vía para que por fin pudiera iniciarse la recuperación gradual de la entidad.