“Atenco nos llenó de alegría, porque los jóvenes habían enfrentado a la Bestia” dice Trinidad Ramírez, miembro del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), mientras hace una pausa y continúa “A la Bestia que tenemos como presidente”.
Trinidad habla de dos movimientos: el que se gestó hace 12 años, el 22 de octubre de 2001, cuando el pueblo de San Salvador Atenco, Estado de México, fue reprimido –golpeado, sus mujeres violadas, hombres encarcelados y dos jóvenes muertos– porque se negaron a vender, por la suma impuesta por el gobierno, sus tierras.
Habla también de #YoSoy132, el movimiento estudiantil que el 11 de mayo de 2012 irrumpió en la mitad de las campañas presidenciales cuando los paisanos de Trinidad veían cómo el gobernador que los había reprimido, Enrique Peña Nieto, se perfilaba como el próximo ocupante del poder Ejecutivo.