AUTOR: JAVIER SICILIA.
MÉXICO, D.F. Un año después de haber recorrido Estados Unidos con la Caravana de la Paz para señalar a los estadunidenses su corresponsabilidad en la violencia que vive México por la prohibición de la droga y el comercio de armas, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) ha regresado a ese país. El sentido de dicho retorno, al lado de las organizaciones estadunidenses que nos acompañan, es recordarles que esa realidad continúa y que nuestros muertos y nuestro dolor aumentan.
El trabajo es duro. La sociedad estadunidense no sabe mirar a los otros, mucho menos reconoce que gran parte de sus políticas afectan de manera brutal no sólo la vida de su nación, sino también la de sus vecinos. México también ha perdido en este caso la capacidad de ver tal hecho.
Ambas naciones parecen ignorar que la violencia que padecemos y que sólo se atribuye a una equívoca política de seguridad y a la corrupción de los aparatos judiciales de México, tiene sus otras facetas en la prohibición de las drogas y en la libertad del comercio de armas en Estados Unidos.