AUTOR: JESUSA CERVANTES.
MÉXICO, D.F. (apro).- En plena crisis de seguridad, de evidente Estado fallido, quema de vehículos y enfrentamientos entre grupos criminales y grupos de autodefensa en Michoacán, los 18 diputados federales de la entidad que “representan” y “velan” por los intereses de sus paisanos, mantuvieron un silencio sepulcral ante los acontecimientos.
No hubo un solo legislador michoacano que se atreviera a pedir que el Poder Legislativo se pronunciara sobre los violentos acontecimientos. Todos callaron: los 8 del PRI, los dos del PAN, los seis del PRD, el del PVEM y el del PT. Pareciera que fueran originarios de otra entidad que no estaba en llamas.
Los “representantes populares” de Michoacán que más llamaron su atención por su silencio fueron dos legisladores: Salvador Ortíz García del PRI, coordinador de la bancada michoacana, diputado por el 12 distrito con cabecera en Apatzingán, centro del infierno de tierra caliente; y Silvano Aureoles Conejo, coordinador de toda la bancada del PRD, diputado por el tercer distrito y quien pretende ser el próximo candidato y luego gobernador del estado.