AUTOR: DENISE DRESSER.
MÉXICO, D.F: El PRI llega a los 85 años conjugando el verbo “regreso”. El PRI celebra su aniversario dándose palmadas en la espalda. No es un partido dividido –como su oposición– sino un frente unido. No pelea contra sí mismo sino contra los competidores externos.
Si durante años estuvo atrapado en una guerra intestina, ahora promueve la paz disciplinada. Mientras en el PAN se atacan unos a otros, se persiguen unos a otros, se matan unos a otros. Mientras en la izquierda aún no saben qué hacer con Andrés Manuel López Obrador. Atrapados en una batalla sin fin, los panistas y los perredistas y lopezobradoristas prefieren destazar al prójimo antes que salvarse a sí mismos. Y ante ello, el PRI regresa, vuelve, se atrinchera.
El PRI llega a los 85 años sabiendo para qué existe y por qué debería hacerlo. Para quedarse. Para que no lo vuelvan a sacar de Los Pinos en una generación. Durante décadas funcionó como una organización multiclasista con la capacidad de ser todas las cosas para toda la gente. Y vuelve a serlo. Con reformas para el círculo rojo y dinero para el círculo verde.