AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.
MÉXICO, D.F. (apro).- Una grabación de radio era la prueba con la que el gobierno panista de Felipe Calderón afirmó que en diciembre de 2010 Nazario Moreno, El Chayo, había muerto en un enfrentamiento con las fuerzas federales.
Los entonces secretarios de Gobernación, Alejandro Poiré, y de Seguridad Pública, Genaro García Luna, repitieron esta mentira hasta convertirla en la verdad oficial. Pero en Michoacán todos decían que El más loco seguía vivito y coleando.
Durante dos años la versión oficial de Calderón Hinojosa era que el fundador de los Caballeros Templarios había dejado de existir y que su puesto lo había ocupado Servando Gómez, La Tuta. Cuando Enrique Peña Nieto recuperó la Presidencia para el PRI, El Chayo siguió “muerto” pero en Michoacán insistían en que estaba vivo y hasta había testigos que lo habían visto en fiestas y caminando por algunos poblados.