AUTOR: MANU URESTE.
José Sánchez Rincón, representante de operadores del transporte público de la capital jalisciense, admite que en Guadalajara "el ambiente está muy tenso" contra los choferes tras la muerte el pasado lunes de una joven de 18 años, que fue atropellada por una unidad que iba a exceso de velocidad. Sin embargo, los operarios denuncian que las condiciones en que laboran son "inhumanas".
Jornadas de hasta 15 horas, extorsiones del crimen organizado y de las autoridades, sin seguridad social, sin vacaciones ni horarios de comida, y con la presión de las empresas concesionarias para hacer el mayor número de recorridos en el menor tiempo posible, de lo cual depende el salario que ingresan en casa. Así describe un ex chofer de transporte público el trabajo al que está sujeto cada conductor de autobús en Guadalajara.
A esto, hay que la indignación de la sociedad tapatía tras lo sucedido el pasado viernes 7 de marzo, cuando una unidad de la ruta 368 que iba a exceso de velocidad -y jugando carreras con otro minibús- arrolló a 20 estudiantes de preparatoria, de los cuales la joven de 18 años María Fernanda Vázquez perdió la vida, convirtiéndose en la víctima número 14 en los poco más de dos meses de lo que va de año.
Esta es la “olla a presión” que viven los operadores de los autobuses urbanos de Guadalajara, según explica en una entrevista con Animal Político José Sánchez Rincón, representante de trabajadores del transporte público en la capital jalisciense.