AUTOR: Sanjuana Martínez.
Construyen en esa entidad una clínica para la rehabilitación de curas pederastas. Cuando la gente acusa, nosotros no defendemos para nada a los agresores, dice el obispo Raúl Vera.
Carlos Llamas Gómez aún recuerda con miedo e indignación el momento en que subía al altar cuando servía como monaguillo en una iglesia de Saltillo, Coahuila, a la edad de 14 años: Lo ayudaba a ponerse la sotana. Se me acercaba, y veía su pene erecto. Eso significaba que después de la misa iba a tocarme, a manosearme. Es un trauma que me ha atormentado todo este tiempo.
Ha esperado 15 años para romper el silencio. El domingo pasado escuchó al obispo Raúl Vera decir que en los 14 años que lleva al frente de su diócesis, solamente ha habido dos casos de sacerdotes que cometieron abusos sexuales contra menores: Es mentira.
No son dos, yo conozco a cinco, otros hablan de nueve sacerdotes aún en funciones. Son más de 100 casos en los que se abusó de menores, dice en entrevista, luego de prestar declaración ante la Procuraduría General de Justicia de Coahuila.