AUTOR: ROCÍO CEPEDA.
Aunque por años ha sido un grito de tradición entre los aficionados mexicanos, la expresión contra el portero rival ha despertado una polémica discriminatoria jamás pensada.
De matiz suave o a veces cargado. En ocasiones como amigo, en otras como rival. Son las porras del mexicano, una tradición por décadas que más que ser parte del futbol, es todo un estilo para disfrutarlo.
Tan parecido a tomar cerveza, portar la camiseta o gritar cada gol, los cánticos del balompié azteca han sido herencia valiosa para quienes disfrutan en la tribuna al equipo de sus amores.
Porque el mexicano no solo ve el futbol, también disfruta la dinámica que conlleva. En cada saque de meta del contrario, se pone de pie, extiende los brazos y sacude las manos. Pronuncia una vocal... después dice puto.