AUTOR: ALEJANDRO DABDOUB, ROLANDO HINOJOSA.
Mientras que en Estados Unidos una Corte declara inconstitucional restringir el consumo de refrescos, en el país se pretende aumentar los obstáculos para consumir esta bebida.
En la guerra contra la obesidad, el gobierno mexicano concentra sus armas en contra de los refrescos azucarados.
El año pasado, la administración de Enrique Peña Nieto consiguió aprobar en el Congreso un nuevo impuesto a los refrescos y comida chatarra.
La medida fue presentada como una manera de desincentivar el consumo de estos alimentos para reducir la obesidad y recaudar fondos para programas de salud.
A pesar de las protestas de empresarios y analistas, la reforma fue aprobada y el costo adicional de los productos fue trasladado al consumidor.