AUTOR: JENARO VILLAMIL (REPORTAJE ESPECIAL)
Bajo el manto sacralizado de las leyes secundarias en materia energética va a solaparse el mayor saqueo a la nación del que se tenga conocimiento en la historia mexicana. Pero ni siquiera ha sido necesario un nuevo marco constitucional como el reciente para que eso ocurra. Ese usufructo ya se ejercita desde hace varios lustros. Otro ejemplo: cuando el viernes 18 aún se discutía la Ley de Hidrocarburos en el Senado, entraban en vigor los Acuerdos Transfronterizos sobre la materia firmados entre los gobiernos de Estados Unidos y México, mediante el cual este último entregó un cheque en blanco a su contraparte en materia de exploración y explotación.
MÉXICO, D.F: El viernes 18 de julio el pleno del Senado de la República aún discutía la nueva Ley de Hidrocarburos que legaliza la apertura de contratos a compañías privadas petroleras, incluyendo a las poderosas trasnacionales norteamericanas, pero los Acuerdos Transfronterizos sobre Hidrocarburos (ATH) firmados entre Estados Unidos y México ya entraban en vigor ese día, restringiendo la participación de Pemex a sólo 20% de estos yacimientos donde se calcula que existen 172 mil millones de barriles de crudo y 304 mil millones de pies cúbicos de gas natural.