AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.
MÉXICO, D.F. (apro).- El exgobernador Fausto Vallejo y su hijo Rodrigo Vallejo Mora, El Gerber, representan la expresión más clara de la simbiosis que el crimen organizado y el gobierno priista de Michoacán alcanzaron desde 2012, formando un solo cuerpo que actuaba de manera impune en las estructuras del poder y dando paso a un narco-gobierno y un narco-estado.
Hace un mes se publicó en la revista Proceso documentación de seguridad pública e inteligencia militar que daba cuenta que El Gerber había trabajado para distintos grupos criminales de Michoacán desde muy joven, sobre todo desde que su padre ganó la gubernatura en 2011 como candidato del PRI.
El informe señalaba que Rodrigo Vallejo Mora era el jefe de plaza de Los Caballeros Templarios en Morelia y era utilizado para realizar distintas actividades, tanto en el tráfico de influencias como en los acercamientos con la clase política del gobierno, encabezado por su padre.