AUTOR: JENARO VILLAMIL.
Lo imaginó hace muchos años Carlos Hank González y lo anuncia ahora su heredero natural, Enrique Peña Nieto, quien alcanzó el sueño que ninguno de los integrantes del Grupo Atlacomulco había logrado: llegar a la Presidencia de la República. Sus impulsores se refieren a él como un “aeropuerto épico”, pero lo cierto es que el gran proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México será un filón de ingresos multimillonarios lo mismo para firmas extranjeras que para magnates nacionales y de poder político para funcionarios que se irán colgando de él. Más allá de la cauda de corrupción y de los conflictos sociales que puede traer, la iniciativa, que venía tramándose en el hermetismo desde casi dos años atrás, anuncia bonanza para los cercanos al grupo en el poder.
MÉXICO, D.F: Negociado con absoluto hermetismo los últimos 20 meses, el proyecto del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es transexenal, pues viene desde la época de Ernesto Zedillo. El anuncio presidencial del miércoles 3 confirmó el plan de negocios imaginado por Carlos Hank González, el patriarca del Grupo Altacomulco, que ahora emprenderá su paisano Enrique Peña Nieto en lo que fuera el lago de Texcoco.