AUTOR: JENARO VILLAMIL.
IMAGEN TOMADA DE PROCESO |
En los dos casos, la verdadera casa que jugó y ganó fue la Presidencia de la República. De esta manera, el peñismo se transforma gradualmente en un modelo de presidencialismo multipartidista.
La restauración del presidencialismo ya no sólo subordina la vida política del PRI a los dictados del Ejecutivo Federal. La simbiosis gobierno-partido se convierte en simbiosis gobierno-partidos.
Peña controla, de facto, a sus dos principales opositores (PAN y PRD), más dos “partidos-bisagra” (Panal y Partido Verde) y realiza una operación muy insistente para fracturar al PT, al MC y fragmentar el electorado de Morena, quizá el único polo opositor real, pero que juega en la cancha dominada por el gobierno.