AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS (ANÁLISIS)
IMAGEN TOMADA DEL SITIO DE PROCESO |
La percepción que el gobierno federal ha querido propalar es que una vez que mandó a la cárcel al líder de los autodefensas, José Manuel Mireles, y se logró eliminar a Nazario Moreno “El Chayo”, fundador de los Templarios, el problema de la violencia en Michoacán ya está resuelto.
Sin embargo, de acuerdo con las últimas denuncias ciudadanas, las extorsiones siguen, el tráfico de drogas se mantiene y el número de secuestros no ha bajado, y ahora estos ilícitos los llevan a cabo policías federales vestidos de civil, quienes están a las órdenes del comisionado Alfredo Castillo.