Antes, adelantó que podría haber recortes al gasto si la economía sigue en picada. Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, también nos adelantó otro posible golpe a nuestra economía: el alza en las tasas de interés.
Y con todo eso, el hombre de la “casita de Malinalco”, comprada en cómodos pagos al empresario consentido del régimen Armando Hinojosa Cantú, nos remacha que la política económica se mantendrá por ese camino. No sólo eso, también asegura que es una economía que desde hace 20 años ha rendido frutos ¡y buenos frutos!
Vamos por partes. Videgaray no se refiere a la política económica que se inició en 1982 con Miguel de la Madrid, pasando por el villano favorito de la “izquierda” o los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, Carlos Salinas.
¡Oh no!, el hombre de las finanzas del país pinta su raya y la de Peña Nieto: el modelo económico a seguir es el de hace 20 años, es decir, el que enfurecida y sutilmente emprendió Ernesto Zedillo Ponce de León.
Para Videgaray, 1995 y la política económica de Zedillo marcó el parteaguas de este país. Es el antes y el después que “ha rendido frutos”.
¿A quién le ha rendido frutos? No a los mexicanos, sí a un grupo político que hoy se mueve en torno a Ernesto Zedillo y al compás que éste les marca.
Zedillo Ponce de León parece ser hoy el hombre detrás del poder. En su sexenio tuvo como titular de Energía a un hombre que con el tiempo sería clave para mantener los hilos del poder económico y por ende del político: Luis Téllez.
Cuando Videgaray llegó a la Secretaría de Hacienda por haber trabajado en Protego con Pedro Aspe, se le empezó a considerar un alfil del salinismo, pero si lo llegó a ser, muy pronto se sacudió el lastre político del villano favorito. Tenía, por ejemplo, entre sus asesores de Hacienda a nada menos que Luis Téllez, el personaje al que siempre escuchaba.
La reforma energética, gracias a la cual Videgaray ha pasado a convertirse en una especie de “virrey del país”, pues decidirá cómo, con quién y de a cuánto serán los contratos con las empresas petroleras extranjeras, dio paso a la creación del fondo petrolero. Aquí llegarán las carretonadas de dinero que esperan recabar por la reforma y será este fondo donde se decidirá para qué se utilizarán sus cuantiosos recursos.
Y al frente de ese poderoso fondo ya está Luis Téllez, el hombre que se codea, al igual que Zedillo, con la realeza financiera y corporativa mundial.
Durante su paso por las grandes corporaciones mundiales, Téllez Kuenzler incursionó por el consejo de administración de Sempra Energy, firma que tiene su filial en México bajo el nombre de IENOVA, y curiosamente en la presidencia de ese consejo está Carlos Ruiz Sacristán, quien fuera titular de la SCT durante el zedillismo.
Y por si usted tiene alguna duda de los entramados político-financieros creados por Zedillo aquí le va otro dato: Carlos Ruiz Sacristán es miembro de otros importantes consejos de administración, como el de Southern Copper Corp, minera que forma parte del gran conglomerado que es Grupo México (la misma que contaminó los ríos de Sonora el año pasado y que llevó a la quiebra de pequeños y medianos empresarios de la localidad), y que tiene entre sus filiales los ferrocarriles Ferromex y Ferrosur, los mismos que luego de la reforma zedillista pasaron a manos privadas. Pero el buen Ernesto Zedillo puso por ahí a uno más de sus hombres.
No obstante, la extensa participación de Carlos Ruiz Sacristán no se detiene ahí; también forma parte de Administradora Mexiquense del Aeropuerto Internacional de Toluca SA de SC, empresa que tiene concesionado el manejo del aeropuerto de Toluca desde 2005 y hasta 2055, justo el año en que Peña Nieto llegó a la gubernatura de esa entidad.
Y mientras Carlos Ruiz Sacristán administra el aeropuerto de Toluca, la empresa de Juan Armando Hinojosa Cantú (HIGA) obtiene la concesión para construir el estacionamiento de esa terminal. Acuérdese que en política no hay coincidencia, sólo acuerdos y componendas.
Pero volviendo con el polifacético Carlos Ruiz Sacristán, su participación en los consejos de administración alcanza el de OHL-México, la misma empresa de la que salió Emilio Lozoya, actual director de Pemex. Pareciera entonces que fue la mano de Zedillo quien colocó a Lozoya en la paraestatal a través de la mediación del exsecretario de SCT.
Y mientras Carlos Ruiz Sacristán era titular de SCT con Zedillo, en la Secretaría de Energía estaba su amigo Luis Téllez. Cuando éste regresó a los cargos públicos lo hizo como titular de la SCT en el sexenio calderonista, pero el escándalo por sus revelaciones de cómo Carlos Salinas de Gortari utilizaba la “partida secreta” como “caja chica” personal lo hizo renunciar, aunque regresó con nuevo bríos en 2009 como presidente de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Hoy que se va al fondo petrolero, a manejar los millonarios recursos que espera recibir el gobierno de Peña Nieto, deja en su lugar a otro de su conocidos, el hermano de Carlos Ruiz Sacristán, el señor Jaime Ruiz Sacristán quien, por cierto, junto con su primo Antonio del Valle creó el Banco Ve por Más y adquirió Mexichem, una empresa de químicos y petroquímicos proveedora de Pemex.
Tampoco hay que olvidar que Antonio del Valle, el primo de los hermanos Ruiz Sacristán, era dueño del banco Bital, uno de los más importantes que fue rescatado ni más ni menos que por… el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León y que dio paso al fraude más grande de la historia llamado Fobaproa.
Estos tres hombres de Zedillo: los hermanos Sacristán y Luis Téllez, son hoy los personajes clave que no hay que perder de vista si se quiere entender un poco de hacia dónde va la política de Peña Nieto, esa política que Videgaray Caso sostiene que empezó hace 20 años y ha rendido frutos, ¡buenos frutos!
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JESUSA CERVANTES (ANÁLISIS).