Bebidas y alimentos industrializados de marca, como los panes de Bimbo, las botanas de Sabritas o Barcel y los refrescos de Coca-Cola o de otras compañías, redujeron su presencia en los anaqueles de las tiendas de abarrotes y misceláneas.
Fueron desplazados por productos genéricos y artesanales que, al costar menos, resurgieron desde el año pasado como alternativas de compra ante la cascada de aumentos desatada por la reforma fiscal, y se consolidaron como tendencia hasta la presente cuesta de enero, aseguró Cuauhtémoc Rivera, dirigente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
La gente se está enseñando a comprar diferente porque tiene menor capacidad de compra y trata de hacer rendir su dinero, de sacarle el máximo provecho comprando menos cantidad de lo que necesita y más barato.
Es un deporte nacional. En lugar de refrescos compran aguas de sabor embotelladas y sin marca. Los polvos saborizantes y jarabes han tenido un repunte de ventas y desplazan a productos conocidos como Tang y Kool-Aid. La gente compra pan artesanal, del que se vende en canastas, en lugar de Bimbo, Marinela o Tía Rosa, o bien el llamado pan frío de estas marcas, o sea el que no está tan fresco y se vende más barato en locales especiales del Metro u otros lugares, ejemplificó.
Son opciones que los abarroteros han incorporado a su mercancía para garantizar sus ventas que, dijo, han mantenido una estabilidad a la baja o están estancadas. Aseguró que todavía no se han observado aumentos de precios en estos productos que, aunque no son básicos son de consumo generalizado, pero previó que en las próximas semanas haya alzas a consecuencia del incremento de 1.9 por ciento en el precio de las gasolinas.
Esos productos artesanales o a granel representan también oportunidades de trabajo y sobrevivencia, más que de negocio, para miles de personas que se ocupan de preparar aguas saborizadas, botanas o pan en sus casas para vender en las calles y, si se puede, en negocios establecidos.
Rivera aclaró que tampoco significa que las grandes empresas del sector hayan dejado de surtir a los pequeños negocios del país o sus repartidores recojan la totalidad de la mercancía que les dejan porque no se vende, pero sí dejan menos cantidad y variedad, porque hay menos rotación o circulación de los productos.
En su momento, Fomento Económico Mexicano (Femsa), principal embotellador de Coca-Cola y sus diferentes marcas en el país, reportó que sus ganancias disminuyeron en 179 millones de pesos o 1.2 por ciento de enero a septiembre del año pasado, al llegar a mil 503.7 millones de pesos contra mil 521.6 millones de igual periodo de 2013, situación que atribuyó a gastos de financiamiento por la emisión de bonos.
Las ventas de Bimbo en México se redujeron 1.3 por ciento en esos nueve meses y sólo en el tercer trimestre, el último reportado a sus inversionistas, cayeron 3.1 por ciento por el débil entorno en el consumo y el aumento de precios implementado desde el cuarto trimestre de 2013, aunque sus ganancias crecieron 25 por ciento compensadas por otras operaciones.
Arca Continental, el segundo embotellador más grande de Coca-Cola y otros refrescos en el país, indicó que de enero a septiembre sus ventas de refrescos de cola disminuyeron 2.9 por ciento, las de refrescos de sabores cayeron 8.3 y las de bebidas no carbonatadas que se refieren a tés, jugos, néctares, isotónicos y bebidas energéticas se redujeron 8.5 por ciento. Pese a ello sus ganancias subieron 4.7 por ciento en términos anuales.
El dirigente de la Anpec reconoció que los productos artesanales, a granel y sin marca no cumplen con la normatividad sanitaria y de calidad a la que está sujeta la mercancía de las grandes empresas, pero insistió en que el origen del problema es que la gente sigue padeciendo una disminución en su poder adquisitivo que la obliga a buscar y pedir otras alternativas.
Abundó que los abarroteros no le hemos entrado a la venta a granel de todos los productos aunque se haya generalizado. Es el caso de los líquidos de limpieza, que van desde blanqueadores y limpiadores hasta detergentes y suavizantes líquidos y aromatizados para lavar la ropa, que se venden en locales especiales o bien con repartidores que llevan varios galones o botes en triciclos.
FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: SUSANA GONZÁLES.