En medio de la tormenta por presuntos actos de corrupción por la que atraviesa la Secretaría de Obras y Servicios del Distrito Federal (Sobse) y la supuesta limpia al interior, el jefe de Gobierno capitalino nombró a un expriista, Guillermo Orozco Loreto, como director general de administración.
Orozco Loreto llegó a Sobse como parte del control de daños que intenta el equipo cercano de Miguel Ángel Mancera.
El extitular de la dependencia, Alfredo Hernández García, presentó su renuncia por las irregularidades relacionadas con la entrega de contratos para la instalación de luminarias, con los que benefició a la empresa en la que trabajó su esposa Érika Molina Barragán.
En la dirección general de administración estaba Octavio Pérez Nieto, quien fue despedido y su lugar lo ocupó desde el 16 de marzo pasado el expriista, que se ha desempeñado como asesor de Mancera desde que éste asumió la jefatura de Gobierno.
Al interior del GDF se habla de que Orozco Loreto llegó hasta ese cargo por recomendación de la senadora perredista Alejandra Barrales Magdaleno.
Esta casa editorial confirmó la llegada de Guillermo Orozco Loreto a través de una llamada telefónica en la que personal de esa área informó que desde el 16 de marzo él es el nuevo director general de administración, que despacha desde la oficinas de Plaza de la Constitución.
La dirección general de administración es la responsable de los recursos financieros, presupuestales, materiales y humanos; almacenes e inventarios, control de pagos y movimientos de personal.
Sin embargo, en la página de Internet de la Sobse en donde ahora aparece la leyenda: “la información contenida en esta página hace referencia a los trámites y servicios del Gobierno de la Ciudad de México”, no es posible observar en el directorio a Guillermo Orozco.
El camino del asesor
Orozco Loreto es licenciado en Economía por la universidad de su natal Guadalajara.
En su currículum aparece que fue diputado de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para el periodo 2009-2012, durante la quinta legislatura en donde presidió la Comisión de Normatividad Legislativa.
En este lapso fue donde Guillermo, quien llegó como diputado local por Convergencia, y Alejandra Barrales se hicieron cercanos.
Los perredistas convencieron a sus aliados de aquel tiempo para que algunos de sus legisladores se pasaran a las filas del Sol Azteca y así alcanzar la contundente mayoría en la ALDF.
Desde esas fechas, Orozco pasó a las filas del PRD en aquella legislatura que encabezó Barrales como presidenta de la Comisión de Gobierno, que luego la posicionó como aspirante a gobernar el Distrito Federal.
Además se hizo cargo de la última etapa de la V Legislatura como presidente de la Comisión de Gobierno de ese mismo órgano colegiado.
Cuando ella quiso ser la candidata del PRD para contender por la ciudad dejó como presidente de la Comisión de Gobierno a Guillermo Orozco.
Más tarde, cuando ella buscó ganar dentro del Sol Azteca, tenía entre su equipo cercano a Guillermo Orozco Loreto como uno de los impulsores de su candidatura junto con Adolfo Orive, recién expulsado del Partido del Trabajo.
Cuando las aspiraciones de Barrales Magdaleno se truncaron, la hoy legisladora recomendó a Orozco Loreto al nuevo jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera. Desde esa fecha (2012) cuando llegó como asesor, el expriista ha ocupado diversos cargos.
A finales de 2014, Mancera Espinosa lo designó como director general de Regulación al Transporte de la Secretaría de Movilidad que encabeza Rufino H. León Tovar, con quien nunca pudo hacer equipo.
Con la tormenta que expulsó a Alfredo Hernández, Mancera movió a Orozco Loreto a un área clave, sin importarle su pasado.
El plan es que Orozco Loreto, junto con Jaime Slomianski, formen equipo y lleven cuentas claras al jefe de Gobierno capitalino de la forma en que se entregan millonarios contratos y se pagan jugosos cheques.
Parte de su pasado
Guillermo Orozco Loreto tiene un largo historial en la administración pública capitalina y ha sido también protagonista de escándalos.
Como delegado en Cuauhtémoc su administración fue investigada por presuntas irregularidades en la compra de un millonario equipo computarizado de rayos láser, que fue instalado en el Monumento a la Revolución y que presentó múltiples fallas.
Por este caso, la Contraloría Interna del entonces Departamento del Distrito Federal (DDF) que dirigía Manuel Camacho Solís, investigó la compra de dicho equipo adquirido en 1992 con una inversión de 154 mil dólares, que fue instalado en la parte superior del Monumento a la Revolución.
La señal era lanzada del Monumento de la Revolución a Palacio Nacional, pero registró fallas; lo que originó un gasto en su reparación, según reportes periodísticos de aquellos años.
El escándalo alcanzó años después al entonces titular del Instituto de Cultura en 1999, Alejandro Aura, a quién le correspondió la reparación del equipo con un pago de 100 mil pesos a la empresa Lasertec, lo que le valió una amonestación.
En septiembre de ese año se decidió que el rayo no quedaría fijo en el Monumento a la Revolución, sino que andaría por toda la ciudad, y en marzo del 2000 el gobierno dio 141 mil pesos para reparar el aparato, que nunca funcionó a toda su capacidad.
FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: ICELA LAGUNAS.