Bertha Nava Martínez, madre de Julio César Ramírez Nava –uno de los tres jóvenes asesinados en Iguala–, agregó que fueron las mamás de los normalistas quienes tuvieron que bajar de los camiones para dialogar con los uniformados.
“Nosotros no traemos nada de armas ni cosas peligrosas; andamos buscando 43 vidas, nada más”, explicó Berta a los uniformados.
“Les dijimos que nos revisaran y que si tenían palabra nos dejaran pasar, porque de qué van a tener miedo ellos de nosotras”, relató la madre de Julio.
Al final, las familias pudieron seguir su camino no sin antes ser inspeccionadas de arriba a abajo por los policías y dejar que revisaran también los autobuses.
Sin embargo, debido al retraso que provocó la obstrucción policiaca, las familias tuvieron que regresar a Guerrero porque ya no iban a llegar a tiempo a la cita que tenían prevista en el Distrito Federal.
De igual forma ocurrió la víspera, cuando las madres y normalistas se encontraban en el libramiento de Chilpancingo que va hacia el municipio de Tixtla, donde también fueron interceptadas por policías estatales y federales.
Berhta Nava relató que en ese punto las familias –que pretendían repartir volantes entre la población– tuvieron que bajar de los camiones para pedir a los uniformados que las dejaran continuar, pero los policías federales empezaron a lanzar balas de goma a los normalistas, dejando al menos tres jóvenes heridos.
María Inés Abrajan Gaspar, tía del joven desaparecido Adán Abrajan de la Cruz, comenta que desde el inicio de la semana varias madres y padres se aglutinaron afuera del Auditorio Municipal de Tixtla –donde está la Normal de Ayotzinapa–, para volantear y bloquear las vialidades a fin de que “la gente sepa por qué no tiene que votar”.
No obstante, varios camiones de militares y policías federales empezaron a rodear la zona. A decir de María Inés, hay retenes de las fuerzas de seguridad en la autopista que va de Guerrero a la Ciudad de México, la carretera a Chilpancingo y en otras vías.
De acuerdo con la mujer, la presencia de estos dispositivos es para detener a los normalistas y que no intervengan en las próximas elecciones.
Ante la amenaza de una refriega entre policías y familiares de los normalistas, las madres y padres se están replegando en la Normal “Raúl Isidro Burgos”, de donde –ha trascendido– también podrían ser desalojados por los agentes.
En tanto, madres de los 43 normalistas desaparecidos hicieron un llamado a la población en general a abstenerse de votar el próximo domingo, en solidaridad con su lucha por alcanzar justicia.
Cristina Salvador Bautista, madre de Benjamín Ascencio Bautista, dice que familiares de los estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” desaparecidos el 26 y 27 de septiembre de 2014 se organizaron en comisiones para convocar a la población a no ir a las urnas este domingo.
“Nada más le estamos diciendo a la gente que nos apoyen, que no se vote en Guerrero hasta que encuentren a nuestros hijos, que ya llevan ocho meses sin aparecer. No puede haber elecciones si no están nuestros hijos”, concluye.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ANGÉLICA JOCELYN SOTO.