“Es un fenómeno que creo que se está generalizando”, dice el funcionario a Proceso.
De acuerdo con este diagnóstico, la detención o muerte de los jefes de los cárteles del Golfo, de Juárez, de Tijuana, Los Caballeros Templarios y los Beltrán Leyva ha dispersado las estructuras criminales, que al quedar descabezadas luchan entre ellas para controlar los negocios ilegales.
“Son células que están tratando de buscar el poder para la sobrevivencia, y eso se nos está reflejando ahorita en homicidios entre ellos. Realmente, homicidios de alto impacto no los estamos teniendo en México, sino que son pugnas internas por el poder”, asegura el director de la AIC.
Dice que por ahora únicamente quedan tres grandes capos de las drogas en México: Ismael Zambada, El Mayo; Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro, y Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho. Ubica a los dos primeros como líderes del Cártel de Sinaloa y al tercero como el jefe del CJNG.
A esta organización criminal la observa como “un foco rojo” luego de que el 1 de mayo derribara un helicóptero de la Fuerza Aérea en Villa Purificación, Jalisco, con un saldo de siete militares muertos.
–¿Considera que el CJNG está al nivel del Cártel de Sinaloa o que puede ser más poderoso?
–No lo puedo dimensionar de tal forma. Yo creo que es un cártel fuerte, con presencia muy marcada en los estados de Jalisco, Guanajuato, Colima y Michoacán, por ejemplo, y con un nivel de violencia también fuerte.
–¿En México sólo quedan dos cárteles de narcotráfico?
–Es lo que tengo identificado como los cárteles que están operando y funcionando. Los demás, como pasó con Los Caballeros Templarios con la detención de La Tuta (Servando Gómez Martínez fue aprehendido en febrero pasado), se desarticulan y empiezan a trabajar como células independientes en los municipios.
La PGR atraerá el caso Ecuandureo
Zerón, quien encabezó la delegación mexicana en la XXXII Conferencia Internacional para el Control de Drogas, que se llevó a cabo del martes 2 al jueves 4 en este puerto colombiano, está de acuerdo en que la lucha contra el narcotráfico debe realizarse en un marco de respeto a los derechos humanos.
–Hay sectores que se preguntan si era necesario matar a 42 personas en el enfrentamiento del 22 de mayo en Ecuandureo, Michoacán; si todos eran delincuentes, si no hace falta ahí un mayor respeto por los derechos humanos…
–Lo que le puedo comentar es que hoy la instrucción que tenemos de la procuradora general de la República (Arely Gómez) en relación con los derechos humanos es principal; es cuidar los derechos humanos de cualquier detenido, es integrar el debido proceso, y es algo que cada uno de los integrantes de la PGR, principalmente de los miembros de la policía, están cuidando: el salvaguardar los derechos de cada una de todas las personas que se están deteniendo.
–Pero fueron 43 muertos en Ecuandureo, uno de ellos policía.
–Es una investigación que sigue abierta. Estamos trabajando, determinando qué es lo que sucedió ahí, y desde el primer momento tanto la Policía Federal como la procuraduría estatal dieron acceso a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, porque hoy en este gobierno la situación es abierta, y si hay algún culpable, pues que se castigue y ver que se actuó conforme a derecho y respetando el debido proceso.
–¿La PGR ya está investigando qué pasó allá?
–Inicialmente (el caso) lo tiene la procuraduría del estado. Yo creo que después de que terminen los peritajes de todos los cuerpos y las diversas materias que se están realizando, nosotros vamos a hacer la atracción (de la investigación) hacia la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), por el nivel. Primero, que hay un policía federal involucrado (muerto en el enfrentamiento) y por el calibre de las armas que se encontraron.
–¿O sea que está previsto atraer la investigación a la PGR?
–Sí, la vamos a atraer a la SEIDO. Y vamos a vigilar el debido proceso y salvaguardar los derechos humanos. Tenemos tres detenidos, los cuales fueron puestos a disposición de un juez, declararon y salvaguardaron sus derechos humanos.
–En el caso de la Operación Jalisco, el 1 de mayo, también hay denuncias de un exceso de fuerza…
–Realmente yo no tengo documentado ese dato. Los detenidos que hubo fueron realmente muy pocos, a todos se les respetó el debido proceso. Todos fueron certificados. Yo no registro que hubiera habido violación a los derechos humanos (en Villa Purificación).
Las bandas “dispersas”
En Colombia existe una preocupación por la creciente presencia de enviados de los cárteles mexicanos de la droga, que llegan a hacer transacciones, asegurar los cargamentos y hacer acopio de drogas para transportarlas hacia el norte.
¿Hay una coordinación de México y Colombia para abordar este problema? –se le plantea al director de la AIC.
–Tenemos una coordinación. Pero lo que le puedo comentar es que en México los cárteles se han venido a menos. De 122 blancos que teníamos al inicio de la administración, ya estamos llegando casi a 100 de los más buscados.
–¿Le preocupa esta presencia cada vez mayor que tienen los cárteles mexicanos en Colombia?
–Yo no alcanzo a observar eso, porque al final lo que yo estoy viendo es una pugna interna en México por ver quién tiene el control.
–En esta conferencia antidrogas se ha hablado de la transformación que experimenta el narcotráfico en México. ¿Coincide con quienes han dicho que el Cártel de Sinaloa es muy fuerte?
–Lo tengo claro, y yo creo que en cuanto a Sinaloa estamos trabajando. Todavía nos falta capturar al Chapo Isidro, a Dámaso López Núñez, conocido como El Licenciado…
–Y al Mayo Zambada…
–Sí, aunque al Mayo no lo veo operando mucho. El Chapo Isidro yo creo que es de la gente que está operando. Obviamente, con la imagen que representa El Mayo. Y del lado del CJNG, después de la presencia que tenemos en el estado (de Jalisco), estamos muy perseverantes en lograr la detención del Mencho.
Zerón explica que el fuerte del Cártel de Sinaloa es el tráfico de cocaína, mientras que el CJNG está más enfocado en las metanfetaminas.
Sin embargo, las autoridades antidrogas de Sudamérica han detectado la presencia de enviados del CJNG en varios de sus países para traficar cocaína, lo que indicaría una creciente participación del grupo criminal en ese negocio.
–¿Y qué resta del Cártel del Golfo?
–Pues los sicarios, que eran los que estaban ejecutando a sus enemigos y hoy se están convirtiendo en líderes, aunque con una problemática: no tienen la capacidad financiera ni los contactos para conseguir la droga. Entonces, se están dedicando a otros ilícitos, como el secuestro exprés, las extorsiones, y con eso están sobreviviendo.
–¿Y los cárteles de Tijuana y de Juárez?
–Ahí quien tomó el control fue el de Sinaloa.
–¿Los Zetas también están muy disminuidos?
–Totalmente, totalmente, y yo creo que hasta están en un punto de desintegración.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: RAFAEL CRODA.