Tras el hackeo del servidor de Hacking Team, que contenía gran parte de la información interna de la empresa, más de 400 Go de archivos fueron subidos a Internet el pasado domingo 9 de julio, entre ellos las facturas emitidas y los documentos técnicos del programa, así como los correos electrónicos de los empleados de la empresa.
A partir de la información exhibida, el semanario Proceso, en la edición que está en circulación (número 2019), documentó que México se convirtió en el primer cliente de la empresa durante la administración de Enrique Peña Nieto, y que al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) se lo denominaba “El Cliente”.
Proceso informó también que los gobiernos de Jalisco, Puebla, Yucatán, Durango, Campeche, Tamaulipas y Baja California, así como la paraestatal Pemex contrataron los servicios de Hacking Team, mientras que la Secretaría de Marina (Semar), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Policía Federal y el gobierno del estado de Nayarit estaban por comprar el sistema RCS en el momento del hackeo.
En una aclaración que publicó este martes en la página de la empresa, Vincenzetti resaltó que el equipo de programadores de Hacking Team está trabajando en una versión del RCS que estrenará en otoño y sustituirá de manera definitiva la versión “Galileo”, que utilizan actualmente decenas de agencias en el mundo para espiar a ciertos de sus ciudadanos.
“Ninguna otra compañía ha producido un sistema de vigilancia legal tan comprensivo, fácil de usar ni tan poderoso como el nuestro”, afirmó Vincenzetti.
Si bien esta aseveración no queda del todo cierta –los correos demuestran que el programa de Hacking Team se enfrentó a una dura competencia, entre otros de empresas israelíes y alemanas–, el sistema “Galileo” permite a los espías introducir una “puerta trasera” en los celulares y computadoras de sus “objetivos”, y de ahí pueden sacar una importante cantidad de información.
Si bien el director de Hacking Team intentó aminorar la gravedad del hackeo –al afirmar que “elementos importantes de nuestro código fuente no fue comprometido en el ataque”–, calificó el ataque a su página de “crimen insensato y salvaje”, y reconoció que “los elementos expuestos están ahora obsoletos”, ya que su exposición al público hace detectable al programa en las computadoras.
“Internet es hoy un enclave seguro para criminales como los que atacaron Hacking Team, pero también para terroristas, traficantes sexuales, asesinos, narcotraficantes”, aseguró Vincenzetti, al abogar que su empresa sólo vendió RCS a “agencias gubernamentales”.
“Nosotros como Hacking Team nos dedicamos ahora a restaurar la habilidad de la policía en combatir el crimen escondido en el nuevo mundo digital encriptado”, abundó.
Proceso recordó que el equipo de investigación del Citizen Lab, que forma parte de la Universidad de Toronto, empezó a indagar sobre Hacking Team después de percatarse que los gobiernos de Marruecos y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) utilizaron el RCS para espiar a periodistas y activistas.
A partir de ese momento, el Citizen Lab publicó varias investigaciones que demostraron que otros gobiernos represores de los derechos humanos y de la libertad de expresión habían contratado a la empresa italiana.
Por su parte, ella siempre se defendió al aseverar que no vendía sus productos a países vetados por las mayores potencias occidentales.
“Nuestra tecnología siempre fue vendida en cumplimiento con la ley y, cuando las circunstancias cambiaron, terminemos nuestras relaciones con clientes como Sudán, Etiopía o Rusia”, aseveró hoy Vincenzetti.
Sin embargo, los propios datos de su empresa le contradicen. Todavía este año, Hacking Team vendió sus productos al gobierno de Etiopía por 40 mil euros, a pesar de que el Citizen Lab documentó desde el 2013 que se utilizaban entre otros para interceptar las comunicaciones de periodistas radicados en Estados Unidos.
En cuanto a Rusia y Sudán, Hacking Team dejó de venderles su material después del 2014. Aun así, ingresó 960 mil euros entre 2012 y 2014 por parte de los servicios de inteligencia sudaneses. A Rusia le vendió por 451 mil euros de programas espías.
“Agradecemos la paciencia y el soporte de nuestros clientes mientras trabajamos en el proceso y creemos que emergeremos con herramientas nuevas y más eficientes para la policía”, concluyó Vincenzetti.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE.