Los peritos de la PGR se respaldaron en el estudio “Valoración Energética de neumáticos fuera de uso”, del académico Olegario Martínez Morán, del Departamento en Química y Física Aplicadas de la Universidad de León, España. La investigación científica determina que tal temperatura sólo se puede alcanzar bajo condiciones industriales o controladas en un laboratorio.
La PGR usó sólo dos párrafos de este estudio para armar su “verdad histórica”, y los sacó de contexto.
El equipo de Aristegui Noticias obtuvo los peritajes que contiene la investigación tras una solicitud de información pública, cuyo cumplimiento se bloqueó durante la administración de Jesús Murillo Karam, actual secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, por nombramiento del presidente Enrique Peña Nieto el 27 de febrero de 2015.
El expediente permite revisar cómo se llegó a la “verdad histórica” del caso: que los jóvenes fueron secuestrados, asesinados y quemados en un basurero. Los restos se diseminaron en un río cercano. Y ese, de acuerdo con el gobierno mexicano, fue el fin de la historia.
El peritaje de la procuraduría tenía dos objetivos: responder qué temperatura alcanzó el incendio de llantas y a qué nivel de calor fueron sometidos los restos encontrados en el basurero.
¿Qué temperatura alcanzó el fuego de Cocula?
Los peritos de la PGR citaron únicamente dos partes del estudio ‘Valoración Energética de neumáticos fuera de uso’, del científico español Martínez Morán.
El primer párrafo dice textual: “Que los neumáticos fuera de uso (NFU´S) poseen un elevado poder calorífico (…) es comparable o superior incluso al carbón de buena calidad” y que en “los procesos industriales donde interviene el poder calórico de los NFUS, la temperatura oscila entre los 700 y mil 500 grados centígrados”.
El artículo se puede encontrar en internet. el párrafo donde los peritos tomaron la temperatura estimada hace referencia a otra técnica que no se exploró en el estudio y que menos se pudo replicar en el basurero de Cocula, a menos que se tuviera un laboratorio.
“Bajo el nombre de gasificación se engloban los procesos de combustión en condiciones de defecto de oxígeno, con producción de monóxido de carbono, dióxido de carbono, hidrógeno y metano, en proporciones diversas según la composición de la materia prima y las condiciones del proceso. La temperatura de operación oscila entre 700 y 1500°C y el oxígeno se limita entre un 10 y un 50% del teóricamente necesario para una combustión completa”, señala el estudio.
El equipo de investigaciones de Aristegui Noticias compartió el peritaje con Olegario Martínez Morán, del Departamento en Química y Física Aplicadas de la Universidad de León, España, autor del estudio fuente de la PGR.
Tras estudiar el expediente y su trabajo de 2004, afirmó en entrevista que los peritos de PGR usaron dos párrafos de su trabajo.
El primero de ellos (que los neumáticos fuera de uso tienen un elevado potencial calórico) “es una cita textual y lo mantengo, pues los neumáticos se pueden usar como combustible en hornos de cementeras”.
“Otra cosa es el segundo párrafo, porque ahí sí que dice no dice toda la verdad (sic)… Es una parte de la verdad porque esa es una temperatura que podría estar asociada a procesos de gasificación”, y que por sus condiciones sólo se pueden alcanzar el condiciones controladas de oxígeno.
Durante sus experimentos, los científicos de la Universidad de León se enfocaron en la termólisis (la separación de gases y sólidos mediante la aplicación de calor) pero no probaron la técnica que puede alcanzar los mil 500 grados centígrados, ni siquiera la combustión de llantas.
El académico prefirió no opinar sobre otras conclusiones de la PGR y aclaró que su estudio únicamente se realizó para conocer el potencial calorífico de los neumáticos.
En ninguna otra parte los funcionarios de PGR anotaron que las temperaturas citadas sólo corresponden a “procesos industriales”.
Otras fuentes
El peritaje de PGR indica otras dos fuentes que hablan de la temperatura en incendios de llantas; el primero es el artículo ‘Llantas Usadas diagnóstico de la situación en el Distrito Federal‘, elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente del DF.
Los funcionarios de PGR seleccionaron una cita textual de este documento: “La combustión incontrolada de llantas a temperaturas relativamente bajas (menos de 1092 grados centígrados) y emisiones nocivas para la atmósfera” además de “su valor calorífico es mayor al del carbón (una llanta equivale a 20 libras de carbón)”.
El documento está disponible en la página de internet del GDF, tiene fecha de 2002 y no se apuntaron los nombres de los autores; en el párrafo que habla de la temperatura no se escribió la fuente del dato o la forma en que se llegó a tal conclusión.
Sin embargo, por ser una cifra tan exacta (1092 grados centígrados), se puede rastrear el origen de este dato en al menos dos estudios realizados en Estados Unidos, pues 1093 grados centígrados corresponden a 2 mil grados Fahrenheit.
Según el Reporte Especial Scrap and Shredded Tire Fires publicado por US Fire Administration, agencia gubernamental especializada en seguridad del fuego, 2 mil grados Fahrenheit es la temperatura máxima que alcanza un incendio de llantas, después de 60 minutos que inició el incendio y hasta que se controle.
El mismo dato se puede encontrar en el Manual de Procedimientos Estandarizados para Incendios de Llantas de la ciudad de Phoenix, Arizona, Estados Unidos. El documento web señala que “durante la etapa de combustión libre, el fuego se propaga rápidamente y hay un incremento dramático en el humo y el calor (…) mientras que las temperaturas internas llegan a unos 2000 grados Fahrenheit”.
El tercer argumento de PGR sobre la temperatura del incendio es el SPFE Handbook o fire Dynamics, del cual señala: “la temperatura que alcanza un neumático es de 982 grados centígrados, lo que se considera como un fuego lento pero con alta energía calórica, es decir, arde por mucho tiempo y emite una gran cantidad de calor”. Una cifra acorde con los estudios de Estados Unidos.
Estos tres documentos (el estudio de los españoles, el documento del gobierno del Distrito Federal y manual de fuego) fueron las fuentes científicas para establecer la temperatura máxima a la que puede arder un incendio de llantas.
Ninguna de estas fuentes se acerca a los mil 600 grados centígrados que, asegura la PGR, se alcanzaron para calcinar los cuerpos de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
¿A qué temperatura se quemaron los restos humanos encontrados en Cocula, según PGR?
En el peritaje, funcionarios de PGR establecieron la escala de daños de un cuerpo humano a cualquier tipo de incendio: el punto máximo de daño se alcanza a mil 600 grados, cuando se derrite la estructura inorgánica del hueso.
Las características de los restos humanos encontrados sí cuadran con la temperatura de mil 600 grados centígrados, pero no se establece cómo se pudo alcanzar tal temperatura en el basurero.
El peritaje continúa con la descripción de lo “niveles de carbonización e incineración dentaria”, para describir los daños que podría tener un diente sometido al calor, pero en la escala sólo se llegan a daños provocados por temperaturas de hasta mil 200 grados centígrados.
En esta parte del peritaje no se aclara si las muestras recogidas en el basurero de Cocula corresponden a las tablas citadas; es decir, no hay una confrontación de evidencias para establecer qué nivel de calor tuvieron cada uno de los huesos.
Además de los restos humanos también se habla de otros materiales encontrados.
En el caso de las piedras calizas se afirma que la temperatura de disociación de calcio se logra a los 986 grados centígrados y que las latas de aluminio la temperatura de fusión se alcanzó a los 700 grados centígrados.
En esta sección el único dato que acompaña la hipótesis oficial es que los restos de fierro adheridos a la roca, presumiblemente restos de las llantas, presentan daños por “la interacción del fuego” por una temperatura cercana a los mil 400 grados centígrados, aunque no se especifica cuál es la fuente de este dato; es decir, no hay una argumentación sobre a qué temperatura es afectado el metal.
En la última parte, el peritaje de fuego y explosivos presenta sus conclusiones, que pueden ser, incluso, contradictorias: la temperatura máxima de un incendio de llantas es de mil 500 grados centígrados, pero los restos humanos encontrados muestran daños por temperaturas de mil 600 grados centígrados.
En sus conclusiones, la PGR tergiversó por completo los argumentos científicos: los peritos establecieron que “el punto de inflamación de los neumáticos es del orden de los mil 500 grados centígrados, se establece que el incendio alcanzó una temperatura mínima de 700 grados centígrados y una máxima cercana a los 1600 grados centígrados”.
En términos científicos, el punto de inflamación es la temperatura más baja a la que empieza a arder un elemento. El estudio citado por PGR establece que mil 500 es la temperatura máxima que puede alcanzar un neumático incendiado, en condiciones industriales, pero los peritos sumaron 100 grados para que empatara con la tabla máxima de los daños que puede registrar un cuerpo humano.
Otras fuentes
El peritaje de PGR indica otras dos fuentes que hablan de la temperatura en incendios de llantas; el primero es el artículo ‘Llantas Usadas diagnóstico de la situación en el Distrito Federal‘, elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente del DF.
Los funcionarios de PGR seleccionaron una cita textual de este documento: “La combustión incontrolada de llantas a temperaturas relativamente bajas (menos de 1092 grados centígrados) y emisiones nocivas para la atmósfera” además de “su valor calorífico es mayor al del carbón (una llanta equivale a 20 libras de carbón)”.
El documento está disponible en la página de internet del GDF, tiene fecha de 2002 y no se apuntaron los nombres de los autores; en el párrafo que habla de la temperatura no se escribió la fuente del dato o la forma en que se llegó a tal conclusión.
Sin embargo, por ser una cifra tan exacta (1092 grados centígrados), se puede rastrear el origen de este dato en al menos dos estudios realizados en Estados Unidos, pues 1093 grados centígrados corresponden a 2 mil grados Fahrenheit.
Según el Reporte Especial Scrap and Shredded Tire Fires publicado por US Fire Administration, agencia gubernamental especializada en seguridad del fuego, 2 mil grados Fahrenheit es la temperatura máxima que alcanza un incendio de llantas, después de 60 minutos que inició el incendio y hasta que se controle.
El mismo dato se puede encontrar en el Manual de Procedimientos Estandarizados para Incendios de Llantas de la ciudad de Phoenix, Arizona, Estados Unidos. El documento web señala que “durante la etapa de combustión libre, el fuego se propaga rápidamente y hay un incremento dramático en el humo y el calor (…) mientras que las temperaturas internas llegan a unos 2000 grados Fahrenheit”.
El tercer argumento de PGR sobre la temperatura del incendio es el SPFE Handbook o fire Dynamics, del cual señala: “la temperatura que alcanza un neumático es de 982 grados centígrados, lo que se considera como un fuego lento pero con alta energía calórica, es decir, arde por mucho tiempo y emite una gran cantidad de calor”. Una cifra acorde con los estudios de Estados Unidos.
Estos tres documentos (el estudio de los españoles, el documento del gobierno del Distrito Federal y manual de fuego) fueron las fuentes científicas para establecer la temperatura máxima a la que puede arder un incendio de llantas.
Ninguna de estas fuentes se acerca a los mil 600 grados centígrados que, asegura la PGR, se alcanzaron para calcinar los cuerpos de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
¿A qué temperatura se quemaron los restos humanos encontrados en Cocula, según PGR?
En el peritaje, funcionarios de PGR establecieron la escala de daños de un cuerpo humano a cualquier tipo de incendio: el punto máximo de daño se alcanza a mil 600 grados, cuando se derrite la estructura inorgánica del hueso.
Las características de los restos humanos encontrados sí cuadran con la temperatura de mil 600 grados centígrados, pero no se establece cómo se pudo alcanzar tal temperatura en el basurero.
El peritaje continúa con la descripción de lo “niveles de carbonización e incineración dentaria”, para describir los daños que podría tener un diente sometido al calor, pero en la escala sólo se llegan a daños provocados por temperaturas de hasta mil 200 grados centígrados.
En esta parte del peritaje no se aclara si las muestras recogidas en el basurero de Cocula corresponden a las tablas citadas; es decir, no hay una confrontación de evidencias para establecer qué nivel de calor tuvieron cada uno de los huesos.
Además de los restos humanos también se habla de otros materiales encontrados.
En el caso de las piedras calizas se afirma que la temperatura de disociación de calcio se logra a los 986 grados centígrados y que las latas de aluminio la temperatura de fusión se alcanzó a los 700 grados centígrados.
En esta sección el único dato que acompaña la hipótesis oficial es que los restos de fierro adheridos a la roca, presumiblemente restos de las llantas, presentan daños por “la interacción del fuego” por una temperatura cercana a los mil 400 grados centígrados, aunque no se especifica cuál es la fuente de este dato; es decir, no hay una argumentación sobre a qué temperatura es afectado el metal.
En la última parte, el peritaje de fuego y explosivos presenta sus conclusiones, que pueden ser, incluso, contradictorias: la temperatura máxima de un incendio de llantas es de mil 500 grados centígrados, pero los restos humanos encontrados muestran daños por temperaturas de mil 600 grados centígrados.
En sus conclusiones, la PGR tergiversó por completo los argumentos científicos: los peritos establecieron que “el punto de inflamación de los neumáticos es del orden de los mil 500 grados centígrados, se establece que el incendio alcanzó una temperatura mínima de 700 grados centígrados y una máxima cercana a los 1600 grados centígrados”.
En términos científicos, el punto de inflamación es la temperatura más baja a la que empieza a arder un elemento. El estudio citado por PGR establece que mil 500 es la temperatura máxima que puede alcanzar un neumático incendiado, en condiciones industriales, pero los peritos sumaron 100 grados para que empatara con la tabla máxima de los daños que puede registrar un cuerpo humano.
La verdad histórica
Murillo Karam dio a conocer la hipótesis del basurero de Cocula durante la conferencia de prensa del 7 de noviembre de 2014, con adelantos de las declaraciones de los detenidos.
En la conferencia del 27 de enero de 2015 se presentó la verdad histórica que pretendió comprobar que los normalistas fueron quemados en un basurero
Según los peritajes, la primera revisión de los expertos en incendios ocurrió el 3 de noviembre y las conclusiones se entregaron el 5 de enero de 2015.
El bloqueo de Murillo Karam
Pese a las críticas y dudas de la investigación oficial, las autoridades no hicieron públicos los peritajes. El equipo de investigaciones especiales de Aristegui Noticias realizó solicitudes de información pública para conocer los documentos, pero todos los intentos fueron bloqueados durante la administración de Murillo Karam.
La opacidad de PGR se presentó aunque el asunto está relacionado con investigaciones de violaciones graves a los derechos humanos y la ley mexicana establece que deben ser públicos.
Fue hasta el 10 de junio de 2015 que se obtuvieron las copias, luego que los funcionarios de la administración de Arely Gómez González comenzaron a cumplir las obligaciones de transparencia derivadas de solicitudes de diversos periodistas y ciudadanos interesados en el caso.
Se trata de 717 hojas correspondientes a los peritajes realizados en el basurero de Cocula en las especialidades de: Incendios y explosivos, ambiental, arquitectura, fotografía, audio y video, balística, criminalística, química y antropología.
La verdad histórica está al escrutinio público.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: EBASTIÁN BARRAGAN.
LINK: http://aristeguinoticias.com/2608/mexico/peritajes-de-cocula-pgr-tergiverso-fuentes-cientificas-para-armar-su-verdad-historica/